Después de largos meses de trabajo, de preocupaciones, esperando que solamente lleguen las vacaciones, cada día que pasaba, por contrario de las leyes del tiempo, las vacaciones estaban más lejos. Aunque, por mas que estos días se hacían un poco más largos, sabia que me estaría yendo de vacaciones a relajarme, a descansar de mi ciudad , para conocer un lugar nuevo y un hotel increíble.
La belleza del lugar, la excelencia en el servicio, la calidez de los empleados hicieron de este hotel un lugar excelente para disfrutar de unos días, aunque debo admitir que también, el estar predispuesto a relajarse a encontrar un lugar paradisiaco es quizás más difícil que todo lo anterior que un hotel te puede ofrecer.
Llegamos a la mañana y una camioneta que pertenece al hotel nos estaba esperando en el aeropuerto para llevarnos al hotel que quedaba entre medio de la ciudad de Calafate y del Parque Nacional Los Glaciares, en lo que era una vieja estancia, terreno alquilado para la instalación de este hotel. Luego de un vuelo que por mas corto que sea, no deja de ser una alivio encontrarse que alguien lo este esperando, sin tener que hacer nada al respecto, nada de buscar taxis, simplemente relajarse y llegar al hotel.
Una vez que llegamos al Hotel, nos recibieron con una pequeña recorrida por el hotel, nos ofrecieron organizar las excursiones por Calafate. Como todavía estábamos con otro ritmo, sin adaptarnos aun al silencio del viento, al azul del lago Argentino, decidimos sentarnos en el balcón a decidir sobre que excursiones realizar en esos días. Un mate y una picada exquisita acompañaron nuestra decisión, aunque el viento del sur no se hizo esperar, y nosotros como cualquiera que se había olvidado que ahora estaba a merced del clima, nos fuimos puertas adentro. Una vez que nos pudimos relajar optamos por las excursiones de caminata sobre el hielo y paseo en barco por los glaciares.
Aunque las excursiones tan solo fueron momentos de esos días. El resto de los días fueron mañanas hermosas donde al principio no quería levantarme, pero luego de llegar al desayuno, la variedad de mermeladas, tostadas, medialunas, mate, café y jugos y la vista al lago argentino, con el sol pegando en las montañas, ya eran suficiente para saber que era mejor estar despierto que durmiendo.
Debo decir, que a pesar de que las excursiones excelentes, los momentos mas memorables del viaje fueron las excursiones alrededor del hotel, inventadas en el momento, una caminata de dos horas hasta un lago , que se asemejaba mas a un safari por el África pero en lugar, de leones, elefantes, tigres y aves de rapiña, nos encontramos con liebres, caballos escapados de la estancia, patos y cactus; La excursión en bicicleta en subida y en bajada por los senderos que conducían al hotel, todas estas acompañadas por una viandita y un mate provisto por el hotel, que te lo ofrecían antes que se lo solicites.
Para lo ultimo de este hotel he dejado la comida, la cual esta mas cerca del cielo de lo que un mortal puede cocinar, platos exquisitos que no permitían a uno rechazar ninguno de los pasos, sea entrada, principal o postre, incluso hasta los te de la tarde con tortas increíbles. Luego de varios días de no rechazar ninguna de las comidas ofrecidas, requerirán varios días de gimnasia, pero del cordero, de las tortas, del helado de Malbec con frambuesas creo que no me voy a olvidar y justifican el esfuerzo.
No se si han notado la cantidad de veces que use la palabras exquisito, increíble, excelente, pero la verdad luego de la experiencia que tuve creo que este hotel se merece todas ellas.
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